Hay un tema que está en boga en la actualidad, sobretodo entre mis compatriotas contemporáneos: emigrar. Existen un sin fin de motivos para hacerlo y cada quien escoge su favorito como impulso para tomar la decisión, realmente eso no es lo difícil, saber que quieres buscar un mejor futuro fuera de casa es la base, la decisión complicada es ¿dónde?. Las alternativas de destino evidentemente son múltiples; ciertos países han resultado comunes o favoritos para la actual oleada migratoria, los más conservadores o analíticos seleccionan uno de estos y los más atrevidos exploran nuevos horizonte.
Quienes ya se han atrevido a emigrar suelen tomarse un tiempo para transmitir su experiencia en pro de aconsejar a quienes lo están considerando. También hay varios que, no han tenido el valoro o encontrado el motivo, pero igualmente hacen sus publicaciones sobre el tema, haciéndose eco de lo que han escuchado de terceros y hasta hay quienes sí se fueron a un país pero, con la autoridad que suponen les otorga tener amigos en otros, emiten juicio sobre muchos. Viendo esto dije ¿por qué no? si soy emigrante y cuento con este espacio para compartir historias, es completamente pertinente que cuente la mía.
En mi caso particular hace varios años tengo en mente la idea de emigrar, evalué muchos destinos en diferentes momentos e incluso llegué a seleccionar, pero siempre algo ocurrió en el camino que me hizo desertar del plan, no tiene sentido traer al caso esos motivos pero puedo asegurarles que siempre el miedo formó parte importante de estos. Siendo así creo que la única forma de lograrlo fue como me ocurrió: el destino me eligió a mí. Se presentó una oportunidad imposible de rechazar y en cuestión de 2 semanas estaba yo parada sobre el famoso Cruz Diez del aeropuerto bastante confundida; sin abrazos, sin despedidas, sin si quiera tener mi vida en las maletas que llevaba, pues era más la duda que la decisión, por lo que me fui teniendo en mente un "ya vuelvo".
Cuando inicié este camino era poca la información que tenía de mi nuevo país, lo había visitado una vez hacía ya 11 años y estuve lejos de considerarlo entre mis destinos favoritos. No tenía claro nada de lo que aquí se hacía, no tuve tiempo de informarme de la política, el mercado, las actividades, incluso de los temas de papeles; sólo algo me habían contado del clima y de la existencia de un Centro Comercial, eso era todo lo que tenía de información y lo admito era absolutamente banal. Contaba con 2 amigos en la ciudad, en los que estaba segura me apoyaría. Así arrancó mi aventura migratoria.
De este viaje que ya cumplió 1 año, no tengo quejas, en mi caso todo ha fluido (unas cosas más rápido que otras), todo se han ido dando poco a poco y yo en ningún momento he estado cerca de sentirme incómoda con nada (cosa que seguro alegrará mucho a mi familia leer). No tengo nada emocionante, traumático, increíble o absurdo que contar. Posiblemente esto es lo que menos esperaban leer, lo tengo claro, por eso quiero enfocarlo desde otro ángulo.
Demasiados amigos me preguntan, me consultan y me piden consejos para venir a vivir aquí, otros hasta me piden que les diga si lo recomiendo como destino (una responsabilidad muy fuerte por cierto). Ante tanta interrogante comienzo a procurar contestar y es allí donde descubro lo interesante de lo que hay tras mi respuesta al entender que no sólo estoy contando mi cuento.
En mi aventura he conocido una gran cantidad de personas, muchas de mi país pero también de otros, historias de emigrantes he escuchado muchas, de los que tienen 10, 5, 3 y 1 año aquí; me ha tocado dar la bienvenida a recién llegados y despedir a unos cuantos para los que esto no funcionó. Cada día me apasionada más escuchar y vivir distintas historias:
- Una pareja que llegó con poco y a consecuencia de su esfuerzo en 2 años lo tienen todo.
- Otra pareja que llegó con todo pero sus planes no se dieron según lo esperado y prefirieron devolverse.
- Una amiga que estaba bien, con vivienda y trabajo, construyendo poco a poco, pero en 3 meses no había podido comprar carro y se regresó en búsqueda del que había dejado en casa, pues no soportaba la dinámica de vida sin él.
- Un vecino que ya tiene 8 meses sin trabajo, pero siempre encuentra un rebusque que lo mantiene y asegura que a la crisis de donde viene no vuelve así tenga que trabajar en lo que sea.
- Un profesional al que le tocó descubrir nuevas formas de ingresos, luego de varios meses buscando encontró un trabajo en una tienda y ya se va estabilizando, sin perder la esperanza de volver a ejercer su carrera.
- Una buena amiga que montó un negocio, no le fue nada bien y no le quedó de otra que regresarse.
- También tengo un amigo que montó su negocio y sorprendentemente creció en cuestión de meses, mucho más rápido y fructífero de lo esperado. Hoy está encantado aquí.
- Una pareja donde sólo él trabaja y les alcanza para los 2, viven ajustados pero tranquilos y felices.
- También conocí a otra paraje a la que el trabajo de los 2 no les alcanza, están pensando devolverse.
- Un amigo que con todas las alternativas legales en contra, logró un camino por el que obtuvo su residencia y hoy en día está arrancando un negocio que parece marchará bien.
- Hasta tengo una amiga que al mes de llegar conoció el amor y eso cambió todos sus planes, se casó y está replanteándose ahora en familia.
Les cuento sólo algunas de las historias, porque realmente son demasiadas y no quisiera aburrirlos, mi punto en esta caso es que si le preguntan a una de las personas que conozco, les dará referencia del país basadas en su experiencia, si en consecuencia ustedes deciden lanzarse a la aventura esperando que ocurra exactamente lo mismo, hay altas posibilidades de que no sea así y se lleven una sorpresa. Si por el contrario, rechazan la idea por temor a que les pase lo mismo, pueden estar dejando pasar la oportunidad de su vida.
Mi postura con la migración es que es simplemente un paso más en la vida, una etapa, un proceso y que no es el destino, ni el lugar, sino tú mismo quien lo hace productivo, tranquilo, estable, especial o emocionante. Eres tú quien construye tu futuro. Es imposible generalizar las cosas de la vida, es como que una pareja de novios le pregunte a una ya casada ¿cómo es el matrimonio? para decidir en base a eso si se casan o no; o que un estudiante consulte ¿qué tal es ser ingeniero? para definir la carrera a elegir. Hay preguntas como ¿cuánto cuesta un alquiler o cuánto gastas en mercado? que definitivamente puedo responder, pero consulten en su propio país si sus amigos gastan en viviendo o en alimentos lo mismo que ustedes para que vean como encuentran importantes diferencia. Cómo va a comparar su posible compra en el mercado quien come de todo, con la mía que sólo como pescado y mariscos. Este es un simple ejemplo para tratar de graficar la idea. Conozco parejas que hacen una vida perfecta, tranquila y estable con la mitad de los gastos que tengo yo sola. Todo es relativo a lo que quieras, esperas, deseas y te haga sentir cómodo.
Otra elemento que es súper importante tener en cuenta es que no se puede hablar en general de un país por una ciudad, Colombia no es Bogotá, Ni España es Madrid, por nombrar un par. No es lo mismo, en ningún caso, vivir en la capital o en las grandes metrópolis que en las afueras y hay un montón de destinos interesantes dentro de esta última alternativa.
Últimamente he leído demasiados artículos que recomiendan, aconsejan o por el contrario desechan destinos basados en opiniones, a mi manera de ver, muy llanas y subjetivas. Mi postura en este caso es que tomen en cuenta lo más básico: un lugar donde tengan alguna alternativa legan para vivir y que cuenten con una base de ahorros que les permita mantenerse un tiempo mientras descubren lo que harán. De allí en adelante construyan su aventura, su experiencia propia, porque nadie más puede vivirla por ustedes. Cada quien tiene sus prioridades y está en ustedes establecerlas y conseguirlas, a unos les afectan más que a otros temas de clima, tráfico, seguridad, gastronomía, etc. entonces no necesariamente lo que escuchen será lo real para ustedes.
No se fijen más de lo necesario en los demás, no digan "por qué el tiene y yo no", mucho menos intenten tener ciertas cosas, simplemente por seguir a otros emigrantes que así lo han hecho. Lleven a cabo los planes que sean congruentes para ustedes, para su realidad y su felicidad. Satisfagan sus necesidades, no las de los demás ni las del "deber ser".
Emigrar no es igual para todos, como nada es igual en la vida. No se creen espejos que no son necesarios ni consideren como verdades absolutas todo lo que escuchan. No le den credibilidad a todo el que habla, incluso al que sepan que tiene autoridad para hacerlo, porque nadie puede hablar por ustedes de su propia vida. Lo más importante para dar este paso es tener motivos (que a nosotros nos sobran) y ganas, esto implica dejar a un lado el miedo y atreverse. El destino que escojan será el correcto, la fuerza, la motivación y las buenas energías las ponen ustedes, no el suelo que pisen. Emigrar definitivamente no es distinto a vivir.
YEI
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