jueves, 31 de diciembre de 2015

Replanteando las promesas de año nuevo.


El 2015 fue sin duda un año increíble, cada uno se va haciendo mejor que el otro y con el pasar del tiempo yo me descubro más a mí y veo en mí alrededor más cosas especiales. Recordar siempre será vivir, pero vivir de recuerdos no es lo que quiero hacer, quiero construir momentos, que me colmen de hermosos recuerdos y más que nada, que me invadan de energías para continuar creando más y más.

Este año no quiero llenarme de promesas básicas, simples o vacías. Para el 2016 no quiero inalcanzables, ni tampoco quiero soluciones mágicas entregadas por el universo. Quiero tener el control de lo que me ocurra y quiero trabajar para alcanzar mis sueños. Se vienen 12 meses en los que mi única intención es ser yo y hacer lo que a mí me hace feliz, por esa razón quiero cambiar las promesas que normalmente hacemos o al menos la forma de planteármelas, ser más sincera conmigo misma y en definitiva auténtica.

Hoy a las 12 voy a compartir con mi familia un inmenso abrazo, un brindis con el mejor espumante que encontremos y con mi ropa interior amarilla bien puesta, lanzaré algunas monedas para atrás y rápidamente daré una vueltas sobre la mesa a un carrito de mi sobrino, después de eso saldremos todos juntos con nuestras maletas cargadas de sueños (y con un par de dólares por supuesto), finalmente subiré y bajaré 12 veces a una silla y mientras comeré 12 uvas en las que pondré mis deseos para el 2016. Estos son mis rituales de año nuevo, que nunca he dejado de hacer, en los que uno debe creer básicamente porque  “nunca se sabe”, posiblemente sirvan de ayuda para conseguir: suerte, fortuna, carro nuevo, viajes (al exterior), pareja y cumplir mis metas, la verdad no tengo ni idea, pero son divertidas y forman parte de la magia de este evento.

La noche de hoy la diferencia estará en lo que pido con mis 12 uvas, hay muchos que dicen que lo que allí se piensa es íntimo, secreto, privado, incluso los que creen que si lo compartes no se cumple, pero como les dije que quiero hacer algo diferente voy a publicarlo y creeré que si lo hago público tengo el compromiso con el mundo de cumplirlo.  Normalmente las cosas que pedimos no las logramos no porque sean imposibles, sino porque las pedimos casi por inercia y sin convicción. Nuestras solicitudes son exactamente iguales, sin adaptaciones a la realidad propia, pero además tienen el terrible error de dejar nuestro destino en manos de algo o alguien, sin control absoluto de nuestra parte y como no creo que las uvas sean milagrosas, voy a romper con esto procurando eliminar frustraciones y cambiarlas por energías positivas:

1) Perder peso: el clásico de las promesas de año nuevo, que a mí sin duda me hace falta y más aún con las comilonas decembrinas. Sin embargo, no lo voy a pedir así, además el universo no es ni cirujano plástico ni mucho menos como para quitarme unos 10kgs de la nada, mejor pienso en algo como:  

“Verme al espejo y sentirme cada día más linda, estar cómoda con mi imagen y no tener que envidiar a todas las mujeres que veo en la calle”

2) Tener mucha salud: un deseo importante, pero más que soñarlo depende mucho de mí, así que tampoco le pido mágicamente a las uvas que me mantengan sana, creo que tiene más sentido:

“Diseñarme un estilo de vida saludable que se adapte a mi rutina, que funcione con mi ritmo, que me permita sobre todo sentirme muy bien y con mucha energía. Combinar alimentación con actividad física, pero sobretodo asistir a mis controles médicos para evitar sorpresas y atender cualquier detalles a tiempo, pues a estos siempre les huyo”

3) Que mi familia esté muy unida: la unión familiar es para mí indispensable, pero no tengo muy claro cómo la gracia divina nos puede mantener juntos si nosotros no nos acercamos, así que mi meta, ahora que estoy lejos, será:

“Aprovechar las herramientas que me da la tecnología para encontrarme todas las semanas al menos 1 vez con mi familia por video chat. Mandarles constantes saludos por el grupo de whatsapp, preguntar por sus cosas, contarles las mías y que se sientan parte de mi vida, decirles cada vez que pueda lo mucho que los quiero y coordinar al menos 1 encuentro presencial en la parte del mundo que sea posible." 

4) Tener dinero: este es un deseo raro, porque dinero siempre hay en mi cartera, a veces poco, a veces más, pero siempre algo hay. Sé qué quiero decir con “tener dinero”, pero no tengo claro cuánto quiero tener y qué voy a hacer con todo eso. Quedarme sentada a esperar una herencia de un tío millonario que no tengo o gastarme lo que tengo en tickets de lotería esperando ganar un gran premio, son cosas que no se parecen a mí, por eso este es el deseo que más voy a cambiar:

“Hacer lo que quiero hacer sin limitaciones, que no sea el dinero la barrera para construir mis momentos, que no me domine, que pueda encontrar siempre la forma de tener lo que quiero y estar donde quiero sin pensar en el dinero.”

5) Éxito profesional: todas las predicciones astrales hablan de que en este ítem estará el foco de mi 2016 y lo creo básicamente porque es donde estoy más entusiasta, pero esto no quiere decir que le puedo dejar a mercurio o a venus mi destino profesional. Aquí quiero poner énfasis en definir correctamente mi meta:

“Dejar a un lado los miedos de hacer lo que realmente me apasiona, enfocarme en lograr mis objetivos apartándome de la comodidad, arriesgarme a despertar cada mañana con alegría de trabajar y romper con cualquier detalle de la monotonía que implica cumplir y no disfrutar lo que hago.”

6) Tener un novio bello, educado, profesional, echado pa´lante, romántico y simpático: unos años le pongo más y otros menos detalles, unos digo tener y otros mantener. No sé si es el destino, la vida o algún santo el que me ha cumplido esto algunos años, pero entre lo que sea y yo no hemos logrado el acuerdo ideal, así que este año lo haré todo al revés y lo que voy a proponerme es:

“Enamorarme tanto de mí misma, que resulte irresistible para el mundo. Así de simple, de esto creo que se trata.”

7) Viajar por mi país y fuera de él: siempre hay una meta en concreto (Canaima y Londres, por ejemplo). Yo disfruto infinitamente de viajar y si hay algo de lo que estoy segura es de que no quiero dejar de hacerlo. Posiblemente allí es donde debo enfocar mi meta y potenciar el hecho de que salí de mi país natal:

“Aprovechar cada momento que tenga libre para conocer, incluso lo que tengo justo alado, quitarme de la cabeza la idea de que viajar es sinónimo de logísticas complejas y grandes inversiones de dinero. Disfrutar del simple hecho de descubrir espacios. Encontrar magia en cada destino. Salir del país y también vivirlo a él.”

8) Tener siempre a mis amigas a mi lado: este es un deseo muy femenino, nosotras siempre pensamos en las amigas, pero al igual que ocurre con la familia esto no se le deja a la uvas mágicas ni al santo al que le corresponda la amistad, yo debo:

“Asegurarme de estar en contacto con todas aquellas personas que considero son importantes para mi, no usar excusas para no escribirles. A quienes tengo la dicha de tener cerca, no alejarlas con mi ausencia. Todas las semanas tomaré un tiempo para mis amigas, escogeré un día para escribir, visitar y compartir.”

9) Tener un carro nuevo: las cosas materiales son inevitables en esto de las metas y las esenciales siempre protagonizan, más si uno anda a pie por la vida.  Yo creo que por el tema de inversión y de recorrer el mundo tener un carro sería un buen objetivo para mi 2016, pero como les dije debo desearlo correctamente:

“Tener siempre la facilidad, habilidad y energía para movilizarme por donde quiera, no quedarme nunca estancada ni limitarme por medios de transporte. Organizarme para poder ser yo misma quien tome el poder de mis desplazamientos, con un carro nuevo.”

10)  Mudarme sola: los adultos con sed de independencia siempre tenemos esta meta en la cabeza, pero también sabemos que no es cuestión de soplar y hacer botella, esta es una de esas metas que no se puede hacer por inercia sino paso a paso:

“Trabajar siempre para tener un techo donde pueda comer y dormir, cada  día con mayor comodidad e independencia. Este año voy a iniciar el proceso serio de buscar cuáles son las alternativas que tengo de casa propia y qué debo de hacer para dejar de soñarlo y convertirlo en una realidad a mediano plazo.”

11)  Perfeccionar mi inglés: uno siempre deja para lo último es deseo rebuscado, al que le ha dado largas toda la vida, pero sabes que es importante. No sé cómo hacer para darle protagonismo pero sé que quiero:

“Llenarme de disciplina y voluntad para llevar a cabo mi curso, la meta de mejorar mi performance como profesional y acortar mis barreras comunicándome con el mundo en inglés me exige dedicarle 5 horas a la semana a esto.”

12)  Para no perder el toque de superstición propio de este día voy a reservarme esta doceava uva como un sueño secreto, con esto mantengo un poco los pies despegados del piso. Sé que por todo debemos trabajar duro y enfocarnos para lograrlo y prometo que no dejaré de hacerlo. Solo quiero guardarme algo para mí, siempre es bueno tener ese secreto personal que nos hace menos vulnerables.

Este es mi mix ideal para el 2016, 11 uvas claras y al descubierto, metas concretas y reales. 1 secreto solo mío. Un viaje por todos los sentimientos y emociones, desde el egoísmo pleno hasta la familia, desde la soledad hasta la compañía, dejando espacio para lo material y lo racional, lo profundo y lo banal. Esto quiero ser el próximo año y es consecuencia de lo que he sido en los anteriores, pero más que nada de las enseñanzas de este 2015.

Espero que muchos sigan mi invitación a replantearse sus promesas, que estas 12 uvas estén cargadas de energías positivas y mucha fuerza. Que sus objetivos no sea los clásicos, que se parezcan más a ustedes mismos y los llenen de alegrías. Que estén repletos de convicción y conciencia; pero sobre todas las cosas espero que en 1 año, cuando vuelvan a hacer esto, deban pensar y proponerse nuevos retos, pues todo lo que esperaron del 2016 lo lograron, pues se prometieron realidades y no imposibles.

YEI

jueves, 24 de diciembre de 2015

Una auténtica Feliz Navidad.


Nos llegó la Navidad y cómo no escribir en esta tan esperada fecha. Es una época de compartir según dicen y yo creo que sin duda lo es; familia y amigos juntos como nunca y hasta parece que se quisieran más en estos días. Abrazos y demostraciones de afecto son cosas que sobran, palabras de amor y agradecimiento también se expanden por doquier.

Entendiendo nuestra realidad sabemos que esta no necesariamente será una Navidad como todas, pero aunque estemos apretaditos encontraremos la forma de que todos tengan sus regalitos y de que los excesos de comida y bebida no falten sobre nuestras mesas.


En esta época todo se vale, he llegado a pensar que algunos creen que el mundo se acaba el 25 de Diciembre o simplemente aprovechan la excusa para hacer confesiones y revelaciones impactantes. Posiblemente el alcohol influye en esto y haciendo gala de sus poderes desinhibidores nos da argumentos para llevar a cabo ciertas acciones, pero en general el sentimiento de este día es tal, que incluso la idea de saber que van a emborracharse pronto sirve de impulso para actuar. Yo tengo una historia fresca en mi mente de cómo un personaje sorprendente se atrevió a mandar un mensaje sospechoso de Feliz Navidad que desató una historia, también tengo en mi memoria el mensaje de quien dio su brazo a torcer y se comunicó luego de una pelea de esas cuyos motivos se olvidan, pero el sentimiento de mantiene firme. Sucesos como estos son frecuentes en las fiestas decembrinas y apuesto a que no tienen que rebuscar mucho su memoria para tener un ejemplo claro en su pasado. 

¿Qué no puede pasar en Navidad? Si todos los límites se rompen y no hay quien no esté esperando cosas increíbles. La primera señal que hace  evidente esta posibilidad es el hecho de que nos vistamos como para una boda, con nuestra mejor pinta y por supuesto de estreno, cuidando cada elemento: accesorios, maquillaje, peinado,etc,  todo esto para cenar en casa (como todas las noches) o ir a visitar a los abuelos (
como todos los domingos). Esta es una prueba contundente de que estamos "buscando fiesta" y no quiere decir que no podamos hacer de una de esas cenas familiares algo diferente o tener un domingo especial en casa de los abuelos, aquí lo interesante y divertido es que todos decidimos hacerlo en la misma fecha del calendario y a la misma hora.

No cabe duda de que es este un día de mil emociones, pero creo que esperamos demasiado de la Navidad, por lo que tengo la impresión de que este es también un día de muchas frustraciones. Debemos tener presente que, sea este día o cualquier otro,  no tener expectativas es el detonante ideal para que ocurran los increíbles. Si volvemos ha hacer una revisión de nuestros recuerdos, vamos a encontrar maravillosas historias que surgieron justo el día en que no esperábamos que nada pasara, que no nos arreglamos demasiado y que no posamos, que fuimos más auténticos y más nosotros mismos, ese día en el que solo dijimos un "por qué no" y fuimos a algún lugar porque peor era nada. Seguro no hay uno, ni dos, sino muchos recuerdos que se asocian sorprendentemente a esos días casuales o insignificantes que se convirtieron en fechas inolvidables y que terminan siendo hasta claves de nuestras cuentas de banco.  

No trato de decir con este planteamiento que no pasen o puedan pasar cosas especiales en Navidad, pero lo que sí debemos tener en cuenta es que el año tiene 364 días más. Bajémosle a la presión y dejemos que todo fluya, pongámonos guapos hoy, pero también dentro de 3 semanas o mañana, sonriamos mucho, pero por las cosas que realmente nos saquen sonrisas y disfrutemos de lo que ocurre, sea simple o sorprendente. Hagamos las cosas de forma más natural, cuando y cómo queramos hacerlas, será más fácil y más divertido. 

Por encima de todas las cosas, el mensaje que más me gusta para un día como hoy es que no nos apoderemos de excusas para tener valor, seamos simplemente valientes siempre. No esperemos un día en particular para escribir, llamar o buscar a alguien, que los días pasan y no sabemos que será de nosotros mañana.Vivamos hoy todo lo que sintamos, experimentemos, arriesguemos. Yo soy fanática de las sorpresas así que posiblemente ese mensaje de confesión sea mejor recibido por alguien que no lo espera y cuando menos pensaba recibirlo, al menos en mi caso. 


Tengamos presente siempre que en los pequeños detalles encontramos las cosas más especiales y que de los momentos simples construimos los mejores recuerdos. Pensemos en lo más básico y saquemos provecho de ello.

Hoy quiero invitarlos a no esperar a que nada pase y dejarnos llevar, disfrutar, sentir, así nada más, luego despertar mañana, con las mismas no expectativas, siguiendo nuestros sueños y trabajando por ellos, sin dejar las oportunidades en manos de nadie más que nosotros mismos. No esperemos ningún mensaje o llamada hoy y no nos molestemos con quien no escriba o llame, el que nos quiere de verdad no necesita una fecha para demostrarlo. Tomemos más fotos espontáneas, que recojan sonrisas verdaderas. Vistámonos cómodos y sintámonos bellos por dentro. Abracemos a quienes quieran abrazos y a quienes no, pues no importa, los abrazamos mañana. Dejemos a un lado la melancolía, hoy y todo los días de la vida, porque es una forma de perder el tiempo. Aprovechemos a la familia, cuando estemos juntos en una mesa y cuando cada uno esté comiendo a lo lejos. Seamos 100% de verdad hoy y el resto de los días del año, incluso todos los años que estemos vivos,  verán cómo exactamente  así comenzaremos a escribir mágicas historias. 

Yei

lunes, 21 de diciembre de 2015

Yo soy quien decide cómo equivocarme.


En la vida hay 2 tipos de situaciones: las que nosotros queremos y las que los 
demás quieren para nosotros. En muchos casos ambas son distintas y el problema llega cuando nos dejamos confundir.

Hay momentos en los que somos vulnerables o inocentes y la opinión de nuestro entorno pesa más, por ejemplo: cuando estamos en crecimiento y debemos elegir nuestro estilo: qué vestir y qué colores usar;  cuando somos adolescentes y debemos definir nuestro futuro: qué estudiar y dónde, hasta cuando somos adultos (o casi) y nos toca escoger con quién queremos compartir nuestra vida.

Hablando específicamente del tema del amor, los padres son importantes. Cuando conocemos a alguien hacemos internamente la revisión "¿qué diría mi mamá si le digo: este es mi novio?" o "¿le gustará a mi papá?". Yo recuerdo como si fuera ayer cuando a los 14 años  llevé a mi primer novio a casa, aquel chico rebelde, pelo largo y con zarcillos a quien mi papá llamó siempre "zarcillito" y cuyo look nunca le agradó, menos mal era un encanto de ser humano y se ganó el cariño de toda la familia. Pero la verdad es que ese susto no se pasa, aún cuando somos adultos ese temor de saber si será el correcto para tú familia y si pasará las pruebas de aprobación, está presente toda la vida y es un argumento que inconscientemente usamos para evaluar candidatos.

Las amigas también influyen en nuestras decisiones amorosas, pero en este caso en 2 etapas: al principio es "cuéntamelo todo" "que bello" "se pasa" "me encanta" " amiga estoy muy contenta por ti" "así era el hombre que yo pedí para ti" y luego, cuando un tiempo después les cuentas que terminaron "menos mal, de verdad ese tipo no me gustaba para ti, no te representaba" es allí cuando lanzan todos los argumentos que justifican el por qué debes buscar lo que realmente te mereces y estos te convencen de que la decisión es correcta. Claro, no las juzgo, porque estas reacciones tienen que ver con esa conducta típica de los hombres de ser unos príncipes en la conquista e ir mostrando su terrible realidad a la medida que la relación  avanza. Ellas no se van a lanzar la pelea perdida de decirlo a mitad de camino con nuestra evidente terquedad enamorada.

Además de estos 2 factores hay en general un check list social que juega un papel protagónico en esta decisión (la familia y las amistades lo manejan muy bien). Según este el candidato debe ser:
  • Profesional, preferiblemente de alguna carrera prestigiosa como ingeniería o medicina.
  • Ambicioso, con metas en la vida, que no se quede estancado, que sea movido y proactivo. 
  • Mayor que tú pero solo un par de años, porque no puedes andar con un viejo.
  • Estable económicamente para que te invite todo y te lleve de viaje, las mujeres no deben pagar nada.
  • Guapo, preferiblemente alto, pelo lacio y delgado (no tanto), si puede tener ojos lindos mejor. Pero que tampoco sea un modelito que te cause problemas con el resto de las mujeres en la calle. 
  • Respetuoso, con muy buenos modales y con sólidos valores.
  • Familiar, con un árbol genealógico con los menores rastros de disfuncionalidad posibles. 
  • Un tipo de su casa, nada de bebederas ni bochinches, pero claro está que no sea aburrido. Conversador y simpático indispensablemente.
  • Cariñoso y detallista, preferiblemente de los que no olvidan aniversarios y cumpleaños y les gusta sorprenderte.
  • Encantador para que se meta a tu familia en el bolsillo. Debe tener la capacidad de conversar entretenidamente con tu papá, ser catador de las comidas de tu mamá y el centro de entretenimiento de tus hermanos.
  • Debe tener un buen carro y mucha disposición para buscarte y llevarte a todas partes. 
  • Es importante que se vista muy bien, serio pero a la moda, no puede irse a ningún extremo en su look.
  • Siempre arregladito, de imagen muy limpia, afeitado y con un corte de pelo 100% masculino. 
  • Si tiene tatuajes solo 1, bien escondido y justificado. Pero mejor que no tenga ninguno. 
Si el que te está pretendiendo hace check con todos estos punto ¡listo! tienes al tipo ideal, justo al que te mereces. El único tema está en que no estoy muy segura de que estés despierta, porque hasta donde sé ese hombre sólo existe en sueños,  además podría apostar a que si volteas a ver ni tu papá, ni el esposo de ninguna de tus amigas pasan con un 50% esa lista y allí están, muchos años juntos y vidas tranquilamente felices.

El punto al que hago referencia desde el inicio es que hay una gran diferencia en lo que tú quieres para ti y lo que quiere el resto de la gente, lo importante es tener presente que no puedes hacerte eco de lo que no quieres y jugar a la falsa felicidad, ni mucho menos ser infeliz de manera clara y evidente. Si ese check list no se parece a ti, si ni tú misma cumples con la mitad de las características en versión femenina, por qué vas a buscarlas. 


En mi vida creo que lo más incorrecto que he hecho ha sido justo cuando intenté hacer lo correcto para el mundo y me olvidé de mi. Los seres humanos somos únicos y nada es igual para unos y para otros. En este caso les estoy dando el ejemplo con una pareja porque es posiblemente el más claro y vistoso, pero ocurre y aplica con todo lo que hacemos en la vida. En cada paso estamos pendientes de qué dirá la gente y cómo deben ser las cosas, pero la realidad es que las cosas solo deben ser como nos haga felices que sean.

Cada una de nosotras debe encontrar su espacio propio, su fórmula original, eso que nos de cosquillas en la panza, que nos saca incontenibles sonrisas. Ese espacio donde nos sentimos en casa, más cómodas que nunca. Ese lugar donde cada momento, cada palabra y cada movimiento son auténticos, exactamente allí donde todo fluye naturalmente, donde nada hay que salir a buscarlo.

No tengas el trabajo soñado si no lo soñaste tú desde tu interior mismo, no tengas la casita de muñecas si te ves al espejo y no crees verte como esa muñeca, no te vistas según la última tendencia de la moda si te sientes incómoda con esa ropa, no te mudes al paraíso si para ti es un infierno, no te tomes de la mano con el hombre ideal si no es ideal para ti. No vivas una vida prestada o alquilada, porque no es tuya y nadie la va a vivir por ti.

No tengas miedo a equivocarte y mucho menos a hacer público tu error, que quien no se ha equivocado no existe o vive en una gran mentira cuya falsedad descubrirá tarde o temprano y lastimosamente le dolerá mucho. Quienes juzgan las acciones de los demás, son quienes tienen demasiado vacío en las propias.

Caer y levantarnos es parte de nuestra existencia, pero es indispensable vivir nuestros errores y no los de los demás. Fallar por haber hecho exactamente lo que querías, hará más divertido el camino y más ligera la caída.
Toma el control de tu vida, no tienes que lastimar a nadie más para eso y evitarás herirte a ti misma. Recuerda que lo importante es siempre tener presente que tú eres quien decide cómo equivocarse. 


Yei

domingo, 13 de diciembre de 2015

Amigas para todos los gustos.




Nuestras vidas suelen estar marcadas por diferentes recuerdos, muchos de ellos nos hacen sonreír, aunque no necesariamente en su momento dieron risa; otros nos llenan de melancolía, sentimientos duros y hasta incomprensibles, hay recuerdos de todos los tipos, pero más allá de eso todos tienen una realidad en común, pues cada vez que los evocamos una amiga viene a nuestra mente, la misma en muchas oportunidades, diferentes,  especiales y hasta extrañas en otras, pero siempre una amiga estuvo allí compartiendo ese momento.

Cuando una se hace adulta y comienza a revisar su historia se da cuenta de que existen amigas para cada etapa o que al menos nacen de una etapa en especial. El hecho de que las amigas no duren para siempre o no mantengan el contacto constante a diario, no las hace menos importantes en nuestras vidas. Incluso esas, con las que vivimos cosas intentas y por algún motivo (que hoy en día no recordamos con exactitud) nos peleamos y no nos hablamos más nunca, esas también son importantes, porque si omitimos su paso en nuestras vidas, sin duda todo habría sido distinto.

Estoy segura de que más de una de ustedes tiene una gran variedad de tipos de amigas. Casualmente en estos días ha dado vueltas mi cabeza con planteamientos difíciles y decisiones delicadas, ha sido necesario para mí buscar y buscar consejos, palabras, apoyos.  Posiblemente estoy tan confundida que escuchar a una no es suficiente, recurro a otra buscando posiblemente escuchar lo mismo y así estar segura de que es la postura correcta, sin embargo  en este proceso he descubierto lo contrario, pues cada una opina diferente y no voy a encontrar en ellas coincidencias, más allá del profundo amor que me tienen, que hará que siempre su postura esté de mi lado, aún de la forma más particular. Esto  me hizo ver claramente sus diferencias (sin pensar en las muchas más que no he contactado aún) y cómo en cada una de ellas hay un perfil definido:

  • La rumbera: siempre va a querer que viva la vida, que disfrute. Su ideología se basa en que no sabemos hasta cuándo estamos vivos y la idea no es que mañana me arrepienta de no haber quemado las etapas. Termina sacándome de fiesta e invitándome a olvidarlo todo con un par de tragos.
  • La psicóloga: para ella es indispensable entender el fondo de cada cosa, siempre me pregunta ¿ajá y cómo te sientes tú con eso? Sus análisis de las cosas normalmente van más allá y me hacen ver todo desde otro ángulo, puede ser dura al decir las cosas pero no dejan de decirlas. Finalmente me manda tareas de reflexiones y conversaciones conmigo misma, para que sea yo quien tenga el poder de mi decisión.
  • La rebelde: ve la vida desde un punto de vista completamente distinto al de la vida misma, sus consejos siempre van en contra de cualquier regla social y tienen un toque de independencia y feminismo, me invita a pensar en mi primero y sobre todas las cosas. Básicamente lo ideal para ella es que si alguien o algo estorba lo mande al carrizo (por decirlo de una forma educada), con una facilidad y ligereza que me impresiona y me cuesta.
  • La correcta: ella va a buscar siempre que haga las cosas como es socialmente correcto, como lo soñamos de chiquitas, como me enseñaron en casa. El respeto a todos y a mí misma son su base, pero construir un futuro y pensar constantemente en lo que quiero para el mañana es en general el foco de sus mensajes.
  • La despistada: con ella es divertido hablar porque es empezar de cero, como si nunca hubiésemos conversado, lo olvida todo y lo trata todo muy a la ligera, para ella lo importante es que me sienta bien y no hacerle daño a nadie para lograrlo. Los sentimientos son relevantes pero sobretodo en el momento justo en el que los vivo y la forma en la que lo hago.  
  • La corporativa: la prioridad siempre está en que yo pueda surgir, en que crezcas. El foco es lograr que brille, constantemente alaba mis habilidades y me invita a sacarles provecho. Mi independencia es el centro de todo y el ejercer mi poder es la forma de alcanzarlo.
  • La comediante: es inevitable que me saque una sonrisa, parece que todo lo tomara a broma y es admirable su capacidad de hacer de cualquier cosa un chiste. A veces es difícil entender su consejo, porque suelo verlo todo más complicado, lo increíble es justamente eso, que me hace sentir que doy más importancia a las cosas de la que realmente tienen.
  • La espiritual: para ella la solución siempre está en alguna forma de energía (sea cual sea en la que ella cree), me invita a refugiarme, escuchar, pedir y encontrar allí las respuestas que estoy buscando. Cuando logro conectarte encuentro paz en mí espíritu con sus palabras y una forma de liberación en ese sentido.

En resumen estos son los perfiles que me rodean, hoy pienso que por mi vida han pasado muchas mujeres increíbles, cada una con su personalidad y estilo propio, unas más presentes que otras, pero todas importantes y lo rico de esto es que en el momento en el que realmente necesito un consejo, puedo buscarlas a todas, ver mi problema desde distintos ángulos, identificar un montón de posibles respuestas y encontrar la solución ideal en esa fórmula mágica de combinaciones extremas.


Ver esto tan claro me hizo llenarme de ganas hoy para hacerles a todas este pequeño homenaje, porque voy por la vida tomando decisiones locas, atrevidas, irreverentes, correctas, espirituales y lógicas, gracias a que ellas me han hecho verlo todo así. Las cosas para mí no tienen un color, sino millones, le doy gracias principalmente a la vida porque me dio la oportunidad de pasar por un montón de cosas distintas que hicieron que cada una de ellas llegara a mi puerta y me llenara con esta mezcla perfecta. Ninguna sobra, ninguna falta. Hermanas del alma, familia elegida, simplemente gracias. 

YEI

domingo, 6 de diciembre de 2015

Un cambio a la distancia.



Sé muy bien que para varios tengo “poca moral” para tocar el tema, sin embargo considero que el haber nacido en mi tierra me da el derecho de hablar y opinar de ella aunque no esté viviéndola en este momento. Tengo todo el remordimiento de conciencia, si la expresión cabe, que conlleva el hecho de emigrar.

 Acepto todas las críticas, quejas y juicios asociados al hecho de que no voy a Venezuela a votar, pero sí a pasar la Navidad con mi familia.  Estoy de acuerdo con que no soy consciente de la realidad que se vive en mi país porque unos meses lejos de ella son suficientes para perder las proporciones.

Entiendo a todo el que comenta de forma irónica mis fotos de “la gran vida” que me doy fuera de mi país natal. Me resulta muy lógico que todos crean o sientan que soy rica ahora que “gano en dólares”.
Todo es perfectamente entendible porque estuve en esa silla en algún momento y lo sentí. Porque mí realidad es otra y cada quien omite opiniones desde la suya propia.

No voy a perder el tiempo justificando o explicando nada, porque no soy quien para cambiar la opinión de otros y personalmente tengo mi conciencia limpia de haber hecho y seguir haciendo lo que considero correcto.

Hoy en día para unos es un hecho que la escasez es culpa del acaparamiento y la guerra económica; para otros Leopoldo debe ser liberado pues es él quien salvará nuestra patria, para muchos la solución está en unir la fuerza civil en la calle hasta que caiga el gobierno, e incluso para algunos lo que necesitamos es que se levanten las fuerzas militares ya que son las únicas que  puede acabar con este mandato. En definitiva, sean o no válidas todas estas creencias, existen y son demasiados los que las creen fervientemente, por ende son realidades. Así es como cada quien vive su realidad y habla desde ella.   

Es importante y de hecho indispensable respetar la realidad de cada quien, pero eso no significa ignorarla, ni tampoco vivir para mejorarla, los extremos siempre son malos. Pero cuando nuestra realidad pasa a ser la menos común de las realidades, es inevitable involucrarse en la del resto.

Más allá de cualquier cosa,  cuando nuestra realidad es una casualidad o circunstancia, cuando nada la garantiza, cuando en el momento menos esperado la misma se puede invertir, y todo esto no depende de nosotros, ni nos deja el menor ámbito de control,  entonces es imposible hacerse de la vista gorda y procurar vivir en una burbuja, dando gracias al acostarnos porque culminó un día sin vivir ese cambio. Así es como la inseguridad no es nuestra realidad hasta que nos atracan, la falta de productos básicos no es nuestra realidad hasta que tenemos una boca diferente a la nuestra que alimentar, la escasez de  medicamentos no es nuestra realidad hasta que nos enfermamos, la inexistencia de oferta automotriz no es nuestra realidad hasta que chocamos y debemos sustituir, así podría enlistar infinitamente realidades inestables y circunstanciales.

Por todo lo expresado somos muchos los que, cobarde o valientemente, dependiendo del cristal con que se mire, tomamos la decisión de movernos a un lugar donde nuestra realidad, sea cual sea, dependa únicamente de nosotros y no vivamos la zozobra de saber si mañana será la misma o no. Para mí la vida es muy corta para luchar contra la corriente y el mundo es demasiado grande para vivir limitada en él. Que si mañana nos vamos todos de Venezuela ¿quién luchará por nuestro país? No lo sé, pero si mañana me intenta atracar en una calle cualquiera de Caracas ¿Quién luchará por mi vida?.

Esto no quiere decir que la decisión correcta sea salir del país, esto lo único que pretende es plantear mi realidad, desde mi punto de vista, en el que sí deseo que todos mis familiares, amigos y seres queridos tengan el valor de iniciar una vida nueva en un lugar que al menos les garantice sus derechos básicos. 
Cuando uno decide emigrar cambia unos problemas por otros, eso es absolutamente cierto, en todas partes vamos a tener problemas, pero tener el control de estos y que el avanzar dependa unidamente de mí, es lo que considero inmensamente valioso.

Amo demasiado mi país, como tierra, con todas sus bellezas, amo infinitamente la energía que se recarga en el cuerpo al ir rodando por la carretera de La Gran Sabana, amo profundamente la tranquilidad que se siente al tener mar a los 2 lados en Cayo El Agua en Los Roques, amo apasionadamente los atardeceres orientales que jamás son menos que inmensamente coloridos, amo ver la belleza de los picos nevados en Mérida, Amo un simple paseo matutino vía al trabajo con el imponente Ávila de frente. Amo tanto y aún me queda un sinfín de espacios por conocer. Pero no me sirven de nada tantos paisajes increíbles si no se pueden recorrer, disfrutar y vivir. Si no me alcanza el sueldo para hacer uno de estos paseos, si me da angustia agarrar carretera con mi carrito que ya está viejo, si me siento aterrada de atravesar solitarias vías en la ruta y poder ser víctima del hampa. Lamentablemente esa es mi realidad y por eso descubría que, aunque nuestra tierra es hermosa, el mundo entero lo es y en cualquier parte es posible encontrar hermosas sorpresas.

Decidí descubrir el mundo, sin dejar de estar agradecida con la vida por permitirme nacer en un lugar increíble, que me dio todo lo que soy y lo que tengo, que me preparó para tener fuerza y entereza para asumir nuevos retos, que me brindó el amor de una infinidad de seres maravillosos.

Hoy estoy luchando por mi futuro, aunque a muchos les suene egoísta,  pero sin dejar de desear a diario que el de mi país sea mejor cada día y logre avanzar, sobretodo porque eso hará que tanta gente que quiero pueda lograr lo que se merece. Hoy no sé si una victoria opositora el 6D hará un gran cambio o si realmente se requiere mucho más, personalmente creo que pasarán muchos años antes de volver a ver una Venezuela sana, como la recuerdo en mi infancia, más sin duda, como se diría en perfecto criollo es mejor “arrimar una más pal mingo”.


En definitiva yo espero con gran entusiasmo que pase los justo y necesario, para que en el futuro mi viaje a pasar la Navidad en familia no inicie con el temor de subir de Maiquetía y no esté asociado a la obligación de estar  presos en casa, limitados incluso hasta en la idea de darnos regalos y preparar una gran cena. Hoy mi sueño es rescatar algo de lo que anhelo con melancolía de esos “viejos tiempos” donde no era necesario tenerlo todo,  pero teníamos suficiente. Sé muy bien que el amor, el compartir y estar todos juntos nunca dejará de ser valioso, pero mirar rostros preocupados o tristes hace incómodo y difícil el momento. Yo hoy más que querer, necesito ver sonreír a mi familia de nuevo en Navidad y todos los días. Hoy más que nunca y más allá de cualquier frontera, no siento que se trate simplemente de querer, sino de que me urge un cambio, aún desde la distancia. 

YEI