Nos llegó la Navidad y cómo no escribir en esta tan esperada fecha. Es una época de compartir según dicen y yo creo que sin duda lo es; familia y amigos juntos como nunca y hasta parece que se quisieran más en estos días. Abrazos y demostraciones de afecto son cosas que sobran, palabras de amor y agradecimiento también se expanden por doquier.
Entendiendo nuestra realidad sabemos que esta no necesariamente será una Navidad como todas, pero aunque estemos apretaditos encontraremos la forma de que todos tengan sus regalitos y de que los excesos de comida y bebida no falten sobre nuestras mesas.
En esta época todo se vale, he llegado a pensar que algunos creen que el mundo se acaba el 25 de Diciembre o simplemente aprovechan la excusa para hacer confesiones y revelaciones impactantes. Posiblemente el alcohol influye en esto y haciendo gala de sus poderes desinhibidores nos da argumentos para llevar a cabo ciertas acciones, pero en general el sentimiento de este día es tal, que incluso la idea de saber que van a emborracharse pronto sirve de impulso para actuar. Yo tengo una historia fresca en mi mente de cómo un personaje sorprendente se atrevió a mandar un mensaje sospechoso de Feliz Navidad que desató una historia, también tengo en mi memoria el mensaje de quien dio su brazo a torcer y se comunicó luego de una pelea de esas cuyos motivos se olvidan, pero el sentimiento de mantiene firme. Sucesos como estos son frecuentes en las fiestas decembrinas y apuesto a que no tienen que rebuscar mucho su memoria para tener un ejemplo claro en su pasado.
¿Qué no puede pasar en Navidad? Si todos los límites se rompen y no hay quien no esté esperando cosas increíbles. La primera señal que hace evidente esta posibilidad es el hecho de que nos vistamos como para una boda, con nuestra mejor pinta y por supuesto de estreno, cuidando cada elemento: accesorios, maquillaje, peinado,etc, todo esto para cenar en casa (como todas las noches) o ir a visitar a los abuelos (como todos los domingos). Esta es una prueba contundente de que estamos "buscando fiesta" y no quiere decir que no podamos hacer de una de esas cenas familiares algo diferente o tener un domingo especial en casa de los abuelos, aquí lo interesante y divertido es que todos decidimos hacerlo en la misma fecha del calendario y a la misma hora.
No cabe duda de que es este un día de mil emociones, pero creo que esperamos demasiado de la Navidad, por lo que tengo la impresión de que este es también un día de muchas frustraciones. Debemos tener presente que, sea este día o cualquier otro, no tener expectativas es el detonante ideal para que ocurran los increíbles. Si volvemos ha hacer una revisión de nuestros recuerdos, vamos a encontrar maravillosas historias que surgieron justo el día en que no esperábamos que nada pasara, que no nos arreglamos demasiado y que no posamos, que fuimos más auténticos y más nosotros mismos, ese día en el que solo dijimos un "por qué no" y fuimos a algún lugar porque peor era nada. Seguro no hay uno, ni dos, sino muchos recuerdos que se asocian sorprendentemente a esos días casuales o insignificantes que se convirtieron en fechas inolvidables y que terminan siendo hasta claves de nuestras cuentas de banco.
No trato de decir con este planteamiento que no pasen o puedan pasar cosas especiales en Navidad, pero lo que sí debemos tener en cuenta es que el año tiene 364 días más. Bajémosle a la presión y dejemos que todo fluya, pongámonos guapos hoy, pero también dentro de 3 semanas o mañana, sonriamos mucho, pero por las cosas que realmente nos saquen sonrisas y disfrutemos de lo que ocurre, sea simple o sorprendente. Hagamos las cosas de forma más natural, cuando y cómo queramos hacerlas, será más fácil y más divertido.
Por encima de todas las cosas, el mensaje que más me gusta para un día como hoy es que no nos apoderemos de excusas para tener valor, seamos simplemente valientes siempre. No esperemos un día en particular para escribir, llamar o buscar a alguien, que los días pasan y no sabemos que será de nosotros mañana.Vivamos hoy todo lo que sintamos, experimentemos, arriesguemos. Yo soy fanática de las sorpresas así que posiblemente ese mensaje de confesión sea mejor recibido por alguien que no lo espera y cuando menos pensaba recibirlo, al menos en mi caso.
Tengamos presente siempre que en los pequeños detalles encontramos las cosas más especiales y que de los momentos simples construimos los mejores recuerdos. Pensemos en lo más básico y saquemos provecho de ello.
Hoy quiero invitarlos a no esperar a que nada pase y dejarnos llevar, disfrutar, sentir, así nada más, luego despertar mañana, con las mismas no expectativas, siguiendo nuestros sueños y trabajando por ellos, sin dejar las oportunidades en manos de nadie más que nosotros mismos. No esperemos ningún mensaje o llamada hoy y no nos molestemos con quien no escriba o llame, el que nos quiere de verdad no necesita una fecha para demostrarlo. Tomemos más fotos espontáneas, que recojan sonrisas verdaderas. Vistámonos cómodos y sintámonos bellos por dentro. Abracemos a quienes quieran abrazos y a quienes no, pues no importa, los abrazamos mañana. Dejemos a un lado la melancolía, hoy y todo los días de la vida, porque es una forma de perder el tiempo. Aprovechemos a la familia, cuando estemos juntos en una mesa y cuando cada uno esté comiendo a lo lejos. Seamos 100% de verdad hoy y el resto de los días del año, incluso todos los años que estemos vivos, verán cómo exactamente así comenzaremos a escribir mágicas historias.
Yei
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